La serie The Crown, cuarta temporada, está resultando calentita, no por las escenas aunque avisen de sexo y desnudos, que no llegan, no he visto nada de eso...todavía. Digo calentita por lo que ha escrito el autor Peter Morgan, en mi opinión un hombre de talento ya por otras muchas cosas que ha hecho para el cine. Los actores Coleman, Menzies, Bonham Carter, Gillian Anderson, O'Connor, brillantes sin duda, el éxito ha afinado los detalles, hay más dólares que gastar. en muchos muestras de calidad. Lo que me impresiona es lo que pueda haber de verdad en esa familia que gracias a quién sea, quizá Oliver Cronwell y otros, no tiene mucho que decir o si, nunca acierto a saberlo en política. Mrs Tatcher, Malvinas salen. Uno de ellos precisamente, muy sensible pobrecito, de nombre igual al decapitado Charles I que se empeñó en no hacer caso al Parlamento puede que reine con ese mismo nombr, al fin y al cabo mummy no es ninguna chiquilla. He leido periódicos serios, eso dicen, como The Guardian defendiendo a la corona ante las imágenes, las consecuencias en el cerebro o retina del votante, atacando a la serie como generadora fake news, que se permite unas licencias inaceptables. Los juegos en Balmoral, los invitados pasando exámenes de la familia. Las conversaciones entre mamá gin tonic, the queen, la hermana, la hija, son de manual, de vivir en un mundo distinto a finales del siglo XX. El tema de lady Di punto y aparte. Los cuatro hijos en comidas con mummy por separado, sin Epstein de por medio todavía. Realmente es difícil manejar una familia de cuatro hijos que tiene todo solucionado, es muy difícil ser royal, sólo lo pueden entender los royals. Henry VIII, me acordé de él, tuvo suerte que no existía Netflix.
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