Los Chorys y don Jaime, para ellos la vida fue casi una Nochevieja contínua.
He estado tentado de ver lo de Broncano en las uvas, nunca he visto un
programa suyo en televisión, las críticas lo ponen como una especie de
genio, cómico, humorista, no se qué decir, no puede opinar, me da pena ser
contemporáneo de un genio y no saberlo, no poder comprobarlo, mejor
callar.
El gran Riccardo Muti, napolitano, gloriosa quinta del 43 y ahí está en Viena con la Filarmónica, dirigiendo el concierto de Año Nuevo por séptima vez batiendo un record, como el Madrid, como director invitado. Lo curioso es que el primero en 1939 fue obra de Goebbels por supuesto con control del programa, luego evolución de autores, waltzs, arreglos, de todo. Muti llega para volver al nivel, y demostrarnos que es un chaval serio. Yo serví, conocí, your obediente servant, a alguien que asistió invitado.
Ya vivimos en un nuevo año, no se observan cambios, quizá es pronto. Los WhatsApps son los mismos, la gente que los manda también. Aquellos que nos nos mandan tantas genialidades, que permanecen en silencio, prudentes, también son los mismos.
He visto el programa de Mota en diferido, no me ha entusiasmado, alguna vez me he sonreído. Ser un buen cómico no es sencillo. Preferiría no ver a Millán, quedarme con los recuerdos inexactos, humanos
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