El ser humano se agarra a la esperanza y
un nuevo año puede aportar algo nuevo ¿por qué no? El fútbol volvió en 2014 a
Chamartín, la gente tenía ganas, la noche no era mala, pero logicamente
nada había cambiado. El que se sienta delante mía sigue fumando como un
carretero y sólo los residentes del Fondo Sur eran nuevos, con los mismos
cánticos y otro no muy cariñoso al entrenador visitante. Y ese público quería ver
fútbol.
El rival estuvo muy aseado,
jugando y moviendo la pelota, concentrados en defensa y colocados, sin
capacidad para hacer gol. Patadas las justas, tapando a Modric y Xabi, y las oportunidades que tuvieron no las
aprovecharon. Están en zona de descenso, pero se multiplicaron para dar
una buena imagen en el coliseo de La Castellana, esto tampoco cambia.
Los
locales mal en el primer tiempo, lentos, imprecisos y partidos, sacando a relucir
los defectos del sistema defensivo y los problemas de los dos centrales,
Ramos cada vez desespera más a todos, incluso a los lentos de reacción. Xabi no
estaba bien, fallo pases impensables en él. Los comentarios versaban
sobre el turrón y las Navidades, como en los viejos tiempos, como siempre, ¿los del Celta no tienen Navidades?
Llegaron los cambios, ambos lógicos, porque Di María e Isco estaban muy fallones y curiosamente tocaban muchas pelotas, con centros imprecisos, sin pisar el área y pululando por zonas inofensivas. Illarra, Jesé y Bale aportaron lo suficiente para hacer goles. Y CR7 se debió emocionar en el cariñoso recuerdo a Eusebio, que jugando en el Benfica por dos veces nos metieron cinco goles en Copa de Europa, en Final y Cuartos. Estuvo extraño y ausente y aún así marcó dos veces, al final.
Sólo Modric me gustó de verdad, aporta ganas, empuje, clase, movilidad e intentos por solucionar, está en forma. De los árbitros nunca hablo. en eso tampoco el año nuevo trajo novedades.
No se me enfaden.
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