Voy camino de la sala de proyecciones de Charlie Chaplin, de sus estudios en Hollywood,
alli vere la final. Nervioso, contenido.
Es un lugar magico donde se filmaron y proyectaron entre otras: " La quimera del oro, Tiempos modernos o El Gran Dictador", ahi queda eso. Luego fueron estudios de musica con grabaciones de esas que dicen eternas; ahora graban musica, hacen television y cine como The Jim Henson Company, Charlie en realidad jugaba al tenis.
Muy diferente son mis sensaciones a 2014 en la bella Lisboa, me siento un poco traidor por no haber ido a Milano. Alli entre aficiones propias y ajenas, camareros del Four Seasons Ritz desbordados y paseos llegue al estadio.
Ahora llego a una sala de 1917 con una gran pantalla y un locutor en ingles, rodeado de ingleses, americanos y australianos que juegan todos en un equipo cuando no hacen peliculas.
No siento la cabeza fria, todo es puro sentimiento. No se con quien van unos u otros, pero me temo que no tendran mis emociones, mis vivencias y recuerdos. Somos lo que recordamos.
Buscaba ya en Lisboa una indicacion, durante la ceremonia, el calentamiento, y sentia frio. Vi entonces los muchos jugadores tocados, sin capacidad fisica para un partido de tal nivel y sufri porque no marcabamos aunque jugamos mejor. Al final hubo suerte y alguno jugo muy bien, todos lo intentaron.
Recuerdos las muchas finales que he visto al Madrid, demasiadas, in situ o en la tele, desde Burxelles hasta sea ultima. Ninguna fue facil. A veces el rival me parecia mejor y le ganabamos, otras era mejor y nos derrotaba. Llegan los que mejor han estado en esta competicion y al fin y al cabo solo es un juego. Sin embargo no consigo verlo sin sentirlo.
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