Munich.

No es el título de la buena película de Spielberg. No quiero hablar de un partido que sólo vi los primeros minutos de la segunda parte por una buena razón. Me gustaría hablar del futuro. no del pasado menos de los cincuenta esto es mucho mejor y en el tiempo com mayor competitividad y partidos, aquello tuvo diferente mérito y eso que estaban don Alfredo y Puskas y otros. Seguramente el éxito debilita, el personal se pone a hablar, se llena de adjetivos, vienen las celebraciones, las justas celebraciones, discursos, cada uno cuenta su batalla, sus favoritos, preferencias, lo piensas en serio y resulta que una pelotita que entra o no lo cambia todo. Hay muchos héroes a distintos niveles. El presi, el entrenador, Carvajal, Vini, Courtois, Kroos, Camavinga, todos los que han contribuido y yo también quiero decir algo. Los halagos son tantos y variados que me voy a quedar con dos personas. He de decir que me ha encantado el entrenador del B. Dortmund Edin Terzic sus palabras, su juicio. De los míos destacar dos jugadores que no quiero gafar. Uno: Fede Valverde, debilidad mía, porque no sé que haríamos sin él, sobre todo  en esos momentos del buque tocado, rodeados por el enemigo, a merced, qué capacidad, coraje, fuerza, calidad y autenticidad en su trabajo siempre por el equipo. Dos: el número cinco, a su edad, primer año, lesionado o tocado, sacrificado, enorme calidad, inteligencia y encima decide jugar aquí. De Fede ya escribí hace cinco años no quiero repetirme. Del número cinco que nos lo cuiden porque nunca vi nada tan completo. Ahora a montar un grupo para Munich en el horizonte, es lo nuestro.