"Franco dice", he leído digitalmente en la prensa. Me ha dado un vuelco el corazón mientras hacía una tortilla de patatas con su cebollita, calabacín y el toque secreto de cualquiera que pretenda impresionar en su cocina, luego preguntas y siempre hay alguien que adivina el detalle, al menos en mi caso, casa. Finalmente no era ese señor invicto del cual tanto se habla mezclándolo todo, épocas, momentos, circunstancias, juventud, guerras, decadencia. Yo me quedo con aquella entrevista en El Pardo con don Alberto Ullastres, hombre serio/trabajador/de fiar, cuando le dijeron que se iba a ir a Bruselas, que había que preparar el futuro ingreso en eso del Mercado Común. Don Alberto prudente, ilusionado como un chaval, contestó muy agradecido:
-Me gustaría ser gobernador del Banco de España.
El general Franco con su vozarrón sentenció:
- Y a mi también.
Bueno el Franco de los periódicos digitales es otro, es Manolito el de Mafalda que ha tendio que declarar por el 8M como imputado. No existía ningún elemento para prohibir un derecho fundamental, afirma. Lo mismo le pasaba a Horacio Nelson cuando se colocaba el catalejo en su ojo derecho. Le ocurrió en la batalla de Copenhague donde su superior dió una orden que el no quería reconocer. "Turn a blind eye" significa no hacer caso de algo que sabes es equivocado. Nelson era bueno en lo suyo. Franco, este Franco de hoy, no cuenta la orden que recibió, él esta en perfecta sintonía con el mando. Si hubiese recibido la orden de mantener la manifestación, sabiendo el peligro, la hubiese mantenido. Nelson no hay muchos.
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