He visto una película dura difícil, de un director muy premiado, gran prestigio, apreciado por los profesionales, reconocido por el público, es lo que se llama un thriller del New York de los setenta, basada en un novela, que muestra a esa preciosa, única, ciudad, destrozada por ciertos ambientes que seguramente no han desaparecido, de bajeza del ser humano. Alguien tiene que hacer ese duro , por decir algo, ingrato, trabajo, no pagan bien. Veía la película, me preguntaba cómo sería el final. Al mismo tiempo, no se si por lo sórdido del tema, los personajes, las buenas interpretaciones, las imágenes, o todo a la vez, he comenzado a asociar todo esto con la realidad que vivimos, una distracción mía. Una película es ficción, sólo una película, hay varitas mágicas, al final los asuntos acaban, hay algunas obras que dejan el final sin cerrar, no hay solución, no se descubre al malo, todo queda abierto. Aquí llevamos ya mucho, mucho tiempo, en una trama con final abierto, no lo digo por el coronavirus que sólo añade desconcierto. El caso es que el director se curro hacer el trabajo por el cual fue bien pagado, sabe lo que se trae entre manos, luego su obra funciona. Esto de la política se parece a aquello que decían de la guerra de minas que reflejaba el especial temple de sus hombres y buques, ante enormes riesgos. En esta caso los políticos, los que hemos conocido, los que sufrimos, ¿qué nos inspiran? ¿Acaso podemos decir que ser simplemente ambicioso, sin otra salida en la vida, ayuda? ¿Cúanto vale su palabra? ¿Cómo andan de credibilidad?
domingo, 18 de octubre de 2020
¿El político es así?
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En la pregunta está la respuesta.
ResponderEliminarLos cinéfilos sabréis el nombre de la película, pero los que no tenemos tanta cultura de cine, nos quedamos con las ganas de saberlo, y su director.