Lo anunció el indefinible presidente del gobierno progresista, lo concibieron sus oráculos, ha llegado la nueva normalidad, dejadla pasar, nos está perfumando con un aroma maravilloso. En efecto en política todo es nuevo, parece lo de siempre pero no. El acierto de las decisiones, la coherencia, la disminución de la deuda, el aumento de nuestro prestigio exterior, el peso de nuestros próceres, todo es nuevo. Ya no hay tantos asesores ni ministerios de enchufados inútiles del partido, todo es gente muy preparada, idealista, al servicio público despreciando mejores sueldos en lo privado. La eficacia del sistema de las autonomías, o autonosuyas que decía Mariano Ozores, nos abruma, todas iguales, sin que independentistas/nacionalistas vayan por libre porque yo lo valgo, todo es nuevo; la justicia no está politizada, se respeta como las instituciones del Estado, todo es nuevo. La enseñanza es modélica, plural, nada partidista, encima nos recuerdan, a los desmemoriados, lo que pasó en realidad, todo es nuevo.
Para colmo ha empezado el campeonato de liga, el FCB, el Atleti, Sevilla , nos deslumbran con su fútbol, sus goles, sus nuevas figuras nos enloquecen, han intercambiado jugadores y son mejores donde antes no servían; los nuestros son fenómenos cuando se van, mientras el Madrid no acierta, encima tiene el estadio empantanado y no metemos goles, todo es nuevo. Sin embargo huele a rancio. Las elecciones en Cataluña serán el día de los enamorados
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