La frase de la madre al hijo en Granada, de Aisha a Boabdil, no es cierta, fue un invento de tres siglos posteriores donde se humilla al chaval. Amar no significa llorar. ni es patrimonio de nadie. ¿Qué sucede en el Intercambiador? Llorar es una reacción humana, conveniente, mi opinión es que no hay que abusar. En temas menores la carta del presidente de meditación es llorona. Me han dicho que hasta Almodóvar lloró al leer la carta.El oráculo oficial de los diarios madrileños, nos llena de lloros por doquier, afirma: "la dirección ha puesto en valor en sus intervenciones el papel del
partido en la lucha contra ETA, durante la Guerra Civil o ante la
represión franquista, acaba el comité federal entre lágrimas y unida a
miles de simpatizantes en la calle". Mientras los del FCB, en todo su derecho, su magnífico presidente anuncia que el entrenador continuará lo cual nos quita otra preocupación, los dos se funden en un abrazo y lloran. Iba a decir que me duele España pero suena muy rimbombante y no soy nadie para eso, casi me echo a llorar. Si me duele un asunto de justicia. La culpa es mía. He visto en Netflix la miniserie del Caso Asunta, esa niña de 12 años asesinada. No lo seguí en su momento. Me parecía que los hechos eran horrorosos, los actores principales hacen un gran trabajo. El problema es descubrir que a lo mejor es lo que pasó y entonces me topo con la justicia. Creo en el Estado de Derecho hasta que no me muestren algo menos malo. Seguramente los declarados eran culpables, pero y la instrucción, pruebas concretas, presunción de inocencia, filtraciones...Desde luego era un juzgado popular. Me preguntó si estamos preparados si nos dejamos influenciar demasiado, si tenemos criterio o si lo nuestro es llorar.
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