¿Elecciones en mi pueblo?.

Todo llega, tarda más o menos, pero llega, siento que el Sevilla no llegue, que no se rinda. Como esto va de cine, cine cine por favor que recitaba Aute, que toda la vida es cine y los sueños cine son, me acordé de Wallace, Mel Gibson, que es australiano, en Braveheart, Freedom!!!! gritaba el héroe escocés. El caso es que Police y médicos nos dejaron ir al mediodía, con certificados, pulsera de covid-19 free, sin máscara; al principio despistado, no porque se conduzca a la inglesa sino que te sientes raro. Bonita ciudad Sidney, moderna, muchas construcciones nuevas, Opera, el puente, la bahía, una vuelta grande, luego Uber, aeropuerto, vuelo lleno, un 737 como en los viejos tiempos, espera para embarcar/desembarcar, equipajes de mano, a tope, con máscara eso si, de nuevo, una hora y diez minutos, llegada a Gold Coast, que se llama así por sus playas no por el oro que nunca apareció. Todo oscuro. A las seis diana, luz que entra, playa a cien metros,  ¿paraíso? En las Españas es el día anterior, cuando aquí se ponga el sol las urnas comenzarán a abrirse en busca de un veredicto que por lo que veo se inclina por la señora Ayuso, que se ha convertido en un grano en salva sea la parte. Opino que la señora Ayuso alcanzará su tope en estas elecciones, esperemos que sepa, pueda, aprovecharlo. Lo que más me causa estupor, sorpresa, asombro relativo, sensación de argumentos antiguos, de otro siglo, es eso del fascismo, el peligro del fascismo, como si alguna vez hubo, realmente, ese régimen en nuestra patria; vuelvo al cine como una película de Alberto Sordi, Gassmann, el gran de Sica, el genio de Fellini, Passolini, Dino Risi, Mastroniani, Tognazzi, o la Magnani, Loren, la Llollo, la Cardinale, o "Mimi metalúrgico herido en su honor." Los italianos todos fascistas con Il Duce, empezaron y acabaron la Segunda Guerra Mundial en el bando ganador en un sentido de la adaptación sólo reservado a los pueblos que cobijaron sus clásicos, César y compañía.