6-3, primera enmienda.

Gran triunfo del Sevilla, seis, no va de fútbol esto. Tampoco es el resultado de un set en Wimbledon a favor de Rafa Nadal, tampoco aquella lección de fútbol en Wembley durante un Inglaterra-Hungría, ni una alusión al 2-8 de hace unos días, del cual no he querido hacer sangre ya que Don Santiago se comportó como un señor en Barcelona cuando Mr Ellis y Mr Leaf, antes de jubilarse, nos apearon de octavos por primera vez y deseó suerte a nuestros amigos catalanes, en catalán. Esto trata de una votación de jueces en el Tribunal Supremo de los US contra los periódicos NYT y Washington Post que se empeñaron en publicar algo de los 47 volúmenes de los Papeles/Informe del Pentágono sobre ese conflicto largo, costoso, inútil, traumático, en el sudeste asiático. No salían bien parados los presidentes anteriores Ike, JFK, LBJ, a Nixon no le afectaba directamente, sólo en el futuro. La sentencia llegó poco antes de que unos individuos entrasen con nocturnidad en el edificio Watergate para espiar algo del partido demócrata, nadie podía prever las consecuencias  dramáticas que acabarían echando al jefe del ejecutivo porque unos ladronzuelos del tres al cuarto se dejaron unas luces encendidas. La prensa está para informar, proteger a los gobernados no a los gobernantes. Me atraían esos modernos soldados periodistas que se jugaban el tipo a diario para que sus compatriotas no cayesen en las garras de los maquiavéĺicos gobernantes que todo lo justifican en nombre del personal. Triunfo la libertad de prensa que tanto nos hace falta, incluidos los buenos, valientes, honestos, inteligentes periodistas, que escasean.