Agosto llegó, calor, falta de noticias que no sean de virus, el resto permanece en la habitual mediocridad con consecuencias, ya sea con el gobierno, políticas, las elecciones USA, las ayudas, situación económica, ausencia de turistas y llega el entrenador del City y... habla. Hablemos de fútbol que diría Sánchez Polack aburrido junto a Coll por no hablar del gobierno. Tenemos un partido de vuelta en Manchester en breve, nosotros los del Madrid, que sencillo no es, ahora bien es un partido de fútbol, octavos de UCL con un 1-2 muy malo en Chamartín. Aquel día estaba en Londres viendo el musical Hamilton, que tiempos aquellos, dejé mi asiento, al City no le he visto ni una vez este año, llegamos con un parón/descanso, no habrá público, ambiente extraño, ellos pensarán que si nos eliminan se cargan al más peligroso, todo sería posible entonces. Así lo va a plantear su entrenador, falso como jugador, falso como entrenador, cuidadoso de su imágen, todavía piensa que puede engañar a alguien, será a esos que se dedican a reirle sus acomplejadas complicaciones mentales ,mezclando el fútbol con traumas infantiles, no tenemos la culpa de sus colores, miedos, hipocresía, fantasmas o complejos que alguien le produjo en alguna escuela de Santpedor sin mala intención, esas cosas de niños que luego se quedan para toda la vida. Nosotros, mucha gente, sabemos quién es el Madrid como institución, compuesta de humanos con aciertos y errores, sabemos quienes son Zidane y los jugadores de ahora, sabemos lo que fue Zidane como jugador, si tenemos un trauma o problema lo usamos de supositorio, nos estamos calladitos, sonreimos en el campo, y tratamos de ganar a quién sea, donde sea, los casos graves los llevamos al psiquiatra, del Madrid. Supongo que está claro.
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