Lo que se opine sobre el redactor de la carta, Bárcenas, no es lo más relevante a estas alturas, desde luego hay que probarlo, vayamos a las posibles consecuencias; un triste asunto, de actualidad plena, campaña en Cataluña, que ya veremos en que queda, lo que se puede demostrar, mucho daño esta hecho, para colmo la carta de las confesiones llega hasta 1982; son otras personas las mencionadas, casi todas en otros menesteres, pero el nombre del partido es el mismo. No vale tampoco que el resto del hemiciclo, incluidos miembros del gobierno figuren en asuntos varios, todo eso queda para los insultos, las puyas en el Congreso, los seriales televisivos, la política chabacana que abunda. Mal asunto este de la caja B, no porque no haya antecedentes de corrupción en otros partidos, que incluso ahora gobiernan en España o en alguna de las autonomías, sino porque puede convertirse en un arma de uso reiterativo que produce un desgaste muy grande; en un sistema como el nuestro se buscan alternativas, se cambia excepto los que nunca cambian, porque en elecciones el pueblo vota, hay que poner una papeleta o votar en blanco, también se vota a uno porque el otro no te gusta. No sabemos que se declarará en sede judicial, el torpedo ha impactado en el casco, bajo la flotación, el sujeto en cuestión es un tesorero o subalterno. El escrito va a la Fiscalia Anticorrupción, sistema de financiación del PP, de 1982 a 2009, el anterior presidente lo sabía presuntamente. No se si hay semejanzas con el contable que llevaba las finanzas de Alphonse Capone sentenciado por evasión de impuestos, con muchas películas a cuestas, pero el PP se presenta ante la opinión público como un partido que admitía donativos, se supone que avalados legalmente, y además había una financiación paralela, destinada no sólo a gastos del partido sino a sobresueldos de no se sabe cuantos. Algunos de los nombres que aparecen citados son personas que han gozado de puestos de alta responsabilidad, posición, estudios, educación. El PP, sus actuales dirigentes, deben hacer algo, los mencionados en la carta también. El dilema bascula entre una institución muy tocada con muchos votantes y la conciencia de las personas que la dirigieron.
En este momento mis recuerdos van al debate del 15 diciembre 2015, cara a cara, no se me olvida: "Si usted gana el coste de la democracia es enorme porque el presidente debe ser una persona decente y usted no lo es”. Dijo el candidato Sánchez, un individuo que poco ha demostrado a su favor hasta el momento.
El presidente hace una pausa, “¡hasta aquí hemos llegado!” y añade con visible enfado: "Usted va a perder estas elecciones, de una derrota electoral uno se recupera, pero usted no se recuperará de su frase ruin, no se la acepto, ha sido mezquino, deleznable y miserable y no se recuperará nunca de ella".
Me impresionó, nunca oí nada igual en un debate de la política española. Ahora hay que hacer algo por quién corresponda.
Es, en mi opinión uno de los mejores artículos que te he leído. Enhorabuena!
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