La política no puede ser el vacío porque es necesaria, el vacío es la nada, una parte de la política, no todo es Montesquieu, también es responder a las preguntas de los medios de comunicación, no sólo al parlamento, dar la cara que se llama, si es posible medios no afines. No era yo muy mayor cuando me tocó conocer Grecia por primera vez, recuerdo unas estatuas de guerreros, bronce, espartanos o algo parecido que por dentro estaban huecas, las había en muy buen estado, otras oxidadas o medio destruidas. Ayer oí fundido en el sopor de después de comer la conferencia de prensa en los jardines de La Moncloa en un bonito día de febrero en Madrid. Medidas covid, consejo de ministros, preguntas y ... ¿respuestas? Lo esperado siempre son las respuestas. Pues no, si los periodistas esperaban respuestas se encontraron con el vacío de la estatua, poses, tópicos, indeterminación, eso si cuando lees y no encuentras te viene a la memoria el nombre de pila del preguntador o es lo que apuntas y le señalas: como te decía fulano. La vida no es The West Wing. Entendemos, el pueblo llano, que hay situaciones delicadas, que es comprometido tener al anterior jefe del estado pidiendo cash a unos amigos para pagar algo que se debe; que es duro querer formar un gobierno con aliados
que van a otra cosas en asuntos que sólo hacen repetir errores del pasado; que es muy complicado pretender gobernar con independentistas o buscadores de objetivos similares a corto o medio plazo; que es imposible prometer dineros sin caja disponible; que no se puede estar en misa y repicando.Y ves que esos periodistas , cuyos nombres se conoce el de la conferencia de prensa, aguantan conruidos en el estómago dudas en el alma y resignación. Suena todo a camelo.
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