Amaneció un domingo 9 de abril en Jerusalem, ciudad con poco movimiento después de las festividades, es cierto que antes del Sabbath habían muertos tres condenados, dos eran vulgares ladrones sin apoyos populares, el tercero gozaba de una mayor popularidad, un galileo, campesino pobre, apreciado tras un periodo de vida pública, nadie se había opuesto a su rápida condena, algunos judíos, piadosos, con cierta influencia, habían conseguido que su cuerpo reposase en una tumba nueva cerca del monte de la Calavera. El procurador había aceptado posicionar unos soldados para que sus partidarios no robasen el cuerpo del difunto, pudiesen argumentar que había resucitado como vaticinó en vida. De todo esto tampoco hay evidencias irrefutables. ¿Por lo tanto qué podemos decir de una tumba vacía? ¿Quién ha visto un resucitado? No estábamos allí, es una cuestión de fe, creer sin ver lo increíble. El pueblo judío llevaba una larga relación, muy especial, con su Dios, a través del padre Abraham, Isaac, Jacob, Moisés, los profetas, los libres de la Torá, las interpretaciones del Talmud, esperaban el Mesías que les devolviese la gloria de Salomón, lo habían anunciado, tenían sus tendencias, políticas, intereses. En sus propias narraciones están las evidencias de ser el pueblo elegido, cometer errores repetidos y cuando lo tuvieron delante no le reconocieron. Creo que también nos pasa a nosotros, manipulamos para acomodar Dios a nuestros deseos, Aquel que no tiene nombre, según los israelitas, que creó a todos iguales con un alma que tampoco podemos demostrar que existe ¿Existe?. Soy el que soy, les dijo. Actúa como si todo dependiese de ti cuando en realidad depende de Dios, como un madero en medio de la mar. Es un placer no preocuparse de nada.
sábado, 3 de abril de 2021
Domingo de Resurrección.
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¡JESUCRISTO HA RESUCITADO! ¡EN VERDAD HA RESUCITADO! Feliz Pascua de Resurrección!
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