Un día muy largo, probablemente el 7 de abril del año 30 de nuestra era, empezó en un huerto o jardín, Getsemani, en el monte de los Olivos, con la vista espléndida de Jerusalén, el Templo.Jesús concentrado en sus oraciones, los once adormilados, agotados, despistados como muchas veces desde hacía un par de años que sus vidas se volvieron patas arriba; todo muy normal en aquellos hombres sin predicamento social, buscando, preguntándose, hombres de su tiempo, creyentes israelitas, trascendentes, sobre todo habían escuchado, preguntado, mirado cara a cara a aquel que rezaba. Se oyen ruidos, movimiento de gente, gritos, soldados, la fuerza, miedo, antorchas e identificación del que va a ser reo. Le prenden sin resistencia. Comienzan unas horas eternas hasta la hora nona. Le llevan de un lado para otro, saduceos y fariseos con las mismas intenciones, los romanos de cínicos espectadores privilegiados, Pilatos, Herodes, Caifás, Torre Antonia, Sanedrín, palacio de Herodes, todo a tiro de piedra; se oye al gallo cantar, amanece, comienzan los castigos corporales, excesivos, Ecce Homo, el Sanedrín gobernado por Caifás y Anás, quiere sólo una cosa. No están claras las acusaciones, supuestos delitos. Al reo, que no abre mucho la boca, le preguntan si es el Cristo, el Hijo de Dios. Ese es el meollo del asunto que a Pilatos le importaba muy poco. La contestación supone su condena a muerte, por blasfemar, y muerte de cruz, el pueblo prefiere a un llamado Barrabás. El sol está ya calentando las piedras de la ciudad santa, el público en las calles, con repechos, estrechas, ruidosas, muchos visitantes por la Pascua, 2/3 de un kilómetro cargando con el madero transversal de unos cincuenta kilos, después de lo sufrido, sin comer desde la cena, un suplicio; quizá atravesó la puerta del Juicio para salir de las murallas al monte de la Calavera, otros dos condenado le acompañaban. Le clavan en una cruz, el suplicio más horrible de aquellos tiempos, muerte lenta, sufrimiento, le ponen un cartel, INRI, que explica su delito, condena. Su muerte la verificaron con una lanza, sin romperles las piernas como se solía hacer. Había prisa por la llegada del Sabbath, la fiesta. Sus amigos influyentes habían conseguido que pudiesen descolgar su cuerpo muerto, darle sepultura. No hay evidencia cierta de esta historia, algunos personajes existieron, del personaje histórico si. Lo malo es que había anunciado que después de muerto resucitaría y eso colocaba todo en otra dimensión ¿Y si era en verdad el Hijo de Dios?
jueves, 1 de abril de 2021
Viernes Santo.
Suscribirse a:
Enviar comentarios (Atom)
No hay comentarios:
Publicar un comentario