Mañana ya se sabrán los resultados de las elecciones autonómicas en Andalucía, no quiere decir que vayamos a descansar o sonreír, ante la madurez de los votantes, simplemente que habrá un resultado. Ya han gozado los andaluces de la jornada de reflexión sobre algo en lo que supongo llevarán pensando un tiempo. Se estima un 40% de indecisos. No me extraña con esa oferta.
¿Qué pasará?
La verdad es que como ocurría al principio de la campaña no van a cambiar mucho las cosas y en el ruedo andaluz aparecerán partidos que no tenían representación o se limitaban a otras zonas; sin embargo hay una sensación, y lo dice la candidato del PSOE que lo que esta en juego es otra cosa.
Y añade que el presidente del gobierno se vaya preparando.
Habría que preguntarse que demonios tienen en común las gentes de Cataluña, el Pais Vasco y Andalucía porque si en estas dos primeras comunidades pretenden demostrar sus políticos nacionalistas que son pueblos diferentes y separables de las Españas ¿Que consecuencias se sacarán?
¿La hartez del ciudadano ante la corrupción? Entonces el partido en el gobierno en Andalucía, convocante, debería salir mal parado al igual que Izquierda Unida; no parece que vaya a suceder.
¿Cómo extra polar a nivel nacional dónde casi toda (por no decir toda ) la oposición sólo expone la corrupción del PP, los recortes en gasto público y los escándalos? Eso si nadie lo sustenta con cuentas bien hechas.
Parece que da un poco igual.
Llama también la atención que una campaña, los mítines, los supuestos discursos de los candidatos se resumen en expresiones en forma de promesas que no se creen ni los que las hacen.
Como dicen en el paseillo: Qué Dios reparta suerte.
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