Costa Fascinosa es un nombre como otro cualquiera y Costa Concordia otro nombre, ambos sólo nos proporcionan información sobre la compañía dueña de ambos barcos.
Uno acabo embarrancando y con muertos; el otro, recientemente, dejó que sus pasajeros hiciesen turismo cultural en Túnez y alguien sacó sus armas automáticas a pasear.
El pianista era el mismo en ambos cruceros. No sabía yo que la vida de un pianista era tan arriesgada, de un músico en general, desde la historia de la banda del RMS Titanic y tocar cuando el buque se hundía, con un par.
Habrá que preguntar quién es el pianista del barco a partir de ahora, al hacer una reserva, de hecho quizás la CIA u otras agencias de inteligencia estén buscando el próximo destino del pianista.
Ha habido épocas de peligro, de navegar por el Mediterráneo y que te secuestrasen como al Achille Lauro después de zarpar de Alejandría y por hombres próximos a Arafat, antes de que fuese algo más que un terrorista y recibiese Nobel o premios de paz compartidos.
Visitar los hermosos puertos del Mediterráneo conlleva riesgos, una mar tranquila a veces, siempre hermosa, cargada de historia y repleta de turistas, con móviles y cruceros.
Ya no es sólo aguantar las colas en Efeso, el calor de Guiza, la lejanía de Civitavecchia a Roma y luego más gente, los tránsito de Livorno a Firenze o Pisa, de Pireos a la Acrópolis; ahora hay peligros reales e inmediatos.
No quiero decir que no viaje el personal en Costa cruceros; a mi me gustan más los de la Cunard, cualquiera de sus tres Queens, aunque estén botados en Italia o Francia.
Lo importante. el consejo vital es que averigüen el nombre del pianista y recuerden que a los gafes no les pasa absolutamente nada; así que habrá que pasarse el rato alrededor de él mientras toca el piano y salir a tierra de copas en su compañía.
Si la oferta del Corte Inglés es interesante, a lo mejor vale la pena. Este pianista cerca es un seguro de vida.
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