Llevábamos muchos años sin ver a la UD Las Palmas en Chamartín, equipo que cae simpático y se asocia a don Luis Molowny; creo que la última vez, al final, casi iguala Morientes el record de mi ídolo Puskas de goles en un partido, menos mal que tiro muy mal el penalty que le dejaron lanzar, hubiese sido su sexto gol.
Los canarios se presentaban con un cielo nuboso de temperatura agradable, fueron muy limpios sin acciones duras, correctos y sin peligro real.
El equipo local sacaba un conjunto equilibrado y me parecía suficiente. Casilla era novedad en su debut y Jesé se confirmaba.
La cuestión es como mentalizar a los jugadores si se sienten superiores. El Madrid presionó en campo contrario y eso es algo de este año, es bueno y conveniente que se vayan acostumbrando, que roben balones y que se entreguen en la pelea con cabeza.
Marcamos dos goles rápidos y se bajó el pie del acelerador; ahí lo aprovecharon los visitantes, por la dejadez y la poca presencia en los marcajes, para marcar un gol en un saque de esquina, todo muy típico, un tanto desesperante para el entrenador. Resulta muy difícil mentalizar a estos chicos y volvieron a apretar para irse 3-1 al descanso.
En el segundo tiempo más aburrimiento, sin goles, y al menos salieron más chavales de la cantera; no veo ningún fenómeno en ciernes, pero alguno como Llorente tiene buena pinta; que pena que no haya un lateral izquierdo para relevar a Marcelo.
En este tipo de partidos lo fundamental son los puntos, evitar lesiones, hacer que Modric descanse que Kroos coja fondo y que Isco confirme que un fenómeno no es; ante un rival así su nivel debería dispararse al Olimpo del fútbol.
De los árbitros no hablo.
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