La verdad es que me gustan las situaciones digamos... complicadas.
Recuerdo el año pasado cuando ganábamos destacados y a mi no me gustaba; pendía todo de hilos frágiles, hoy pende de un hilo.
El Madrid no es un grupo desorientado; el presidente respalda al entrenador.
Ya he hablado muchas veces que no son un equipo, en realidad han sido no muchas las veces que en mi vida se han comportado como tal, aunque se ha ganado algo. Se ha perdido, con muy mala imagen el sábado, pero no tiene porqué gustarnos; de hecho no es nuestra costumbre y a lo mejor nos viene bien.
Ser equipo es ser noble & bélico, veteranos & nobeles, enemigo en la contienda, cuando pierden dan la mano etc, etc.. Como en un western estamos rodeados por el enemigo y debemos ser conscientes; la mayoría se alegran porque se agarran a lo que pueden, no perdonan y eso de los Galácticos hizo daño y colea. No somos nada más que un equipo de fútbol, al que por cierto todos quieren siempre ganar.
Nosotros debemos hacerlo jugando bien, como equipo y luchando hasta el último minuto, con buen espíritu y contra todos los obstáculos que aparezcan o nos pongan en el camino; no podemos ser menos competitivos que los demás rivales, por lo menos pelear como ellos.
En Little Big Horn, la coalición de Sioux, Cheyenes y Arapahoes, luchaban por sus tierras, su pueblo y sus vidas y los de Custer perdieron. Fue una gran batalla, pero sólo una batalla, no la guerra; ambos fueron muy competitivos. Estamos rodeados de ejemplos en el cine que es la vida y en la vida real.
Esta es una excelente oportunidad, de levantarse, reponerse, sufrir y volver a la senda que nunca se debió abandonar, ante los cantos de sirena de esos mismos que buscan hundirte; costará mucho, dolerá algo, pero no somos peores que nadie; cuando nos olvidamos de lo que es nuestra obligación nos negamos a nosotros mismos, es humano, no es malo que suceda, simplemente hay que levantarse más fuertes, heridos, hasta el final
¿Qué hay que no se pueda conseguir cuando se da todo?
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