Del paraíso en un lugar llamado Enchantment, en las montañas rojas de Sedona, a ver el atardecer en Monument Valley, y como la falta de luz creaba sombras en esas piedras de los Navajos que casi pertenece en exclusiva a John Ford y sus siete películas filmadas en parte por aquí, con los Navajos muy agradecidos por el dinero que generaba.
Llegue a Mexican Hat de noche, no es nada, junto al Río San Juan moteles típicos con vistas más o menos afortunadas.
Aquí todo es Monument Valley y no se ha explotado mucho.
Al día siguiente amaneció cubierto, incluso llovió lo poco que llueve al año, mejor, la temperatura en los 70F, que se llevaba bien. Monument Valley impresiona y vale la pena, no sólo para rodar películas con el genio de Ford sino para andar, ir en coche ( mejor todoterreno) y disfrutar una y otra vez de esas vistas eternas y familiares. Luego el complemento de John Wayne, la artesanía del pueblo Navajo, el lugar donde se alojaban desde Stagecoach a The Searchers y las noches del desierto.
Decía Frank Lloyd Wright que no creía en Dios sino en la naturaleza, decía creer en Dios porque era católico e irlandés de origen, bueno los dos creían en el fondo en algo.
Hacer este valle costo muchos millones de años y el hombre no fue precisamente su creador, aunque los hombres nos alegramos de que exista.
De ver el Madrid vs Roma en Champions nada, los goles en el resumen buenos todos.
No hay comentarios:
Publicar un comentario