Un puente es una obra de ingeniería, una construcción para unir, cruzar ríos, resolver problemas de la naturaleza, facilitar la vida de los humanos, normalmente establece un vínculo, une.
El dios del Antiguo Testamento creó el mundo y descansó. no era sajón. En el mundo occidental "moderno", muy dominado por los anglosajones, se creó el week end para descansar y se fue alargando.
Hoy es la fiesta de la Inmaculada. Era un día festivo, católico por el dogma que proclama la fecha, relevante para España, para los creyentes, así discurría en mi niñez. Luego vino el día de la Constitución (pura coincidencia de proximidad), cuestiones políticas de calendario, y como se mezclan churras con merinas la única conclusión posible era concluir que los puentes se alargaban. Las autonomías, recién creadas, opinaban y el calendario de festivos había que adaptarlo a las necesidades de cada uno, a las sensibilidades de cada uno, a la localidad de cada uno. Los de Madrid, que nunca tuvieron sentimientos autonómicos, sino de acogida, se despertaron con una bandera muy fea, sin pasado, y el drama de la elección de los festivos. Nunca fue muy racional ni lógico, pero nos daban puente. El vocablo viene de los 40 años anteriores a la constitución, cuando surgió el seiscientos, y como tiene su gustillo lo utilizan los de derechas e izquierdas.
Un puente es sagrado. Estamos de puente que ya se trabaja mucho (los que tienen un curro) y hay que descansar.
También es cierto que las Navidades quedan muy cerca, es decir más fiestas, vacaciones, puentes, acueductos y obras de ingeniería china, viajes, comidas, ocio (más ocio), no podemos dejar de pensar en los puentes, vivimos para los puentes.
De pronto estas de puente en un parador, te dan un periódico donde un notable cómico catalán de los de antes dice: "O intervenimos Cataluña o nos comemos la independencia".
-No, por favor, que estoy de puente.
Y sigues con el churro o el pan integral con aceite, para no engordar en el puente.
No hay comentarios:
Publicar un comentario