No todo huele a podrido en Dinamarca y Louisiana no es sólo el estado que vendimos por unos 5 millones $ , de aquella, al gobierno US, es un pequeño pueblo al norte de Copenhaguen en la moderna, próspera Dinamarca. Hay un museo, el rico propietario se casó tres veecs y las tres se llamaban Luisa, vaya coincidencia, de ahí el nombre de Louisiana. Un museo de arte moderno, porque los daneses gustan de pensar que son muy avanzados en eso del arte. La exposición de M. Hartley es una buena muestra de sus obras, variadas, mezcladas con sus vivencias y su homosexualidad que en aquellos años se ocultaba como se podía. Una fotógrafa yankee, L. Greenfield, que debe estar relacionada con el museo, nos cuenta en sus fotos los horrores del afán por dinero, como afecta a los menores y las catástrofes que produce en todos los que se afanan en esa vieja aspiración humana por lo material, sin sentido, deshumanizada. Hay nieblas, todo un tanto oscuro.
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