La vida continua como siempre. En las Españas seguimos en campaña, aunque no ha comenzado la campaña electoral. Entre película comentada, como la de Amenábar, los sucesos de Cataluña tras la sentencia, que continuarán, los movimientos para llevar los restos de un difunto de un sitio a otro no querido por la familia, he tenido un sueño en un duermevela vespertino.
Me he visto el primer día de clase cuando tenía 13 años, el profesor, cuyo nombre no recuerdo, si su apodo," el cabezón, nos daba clase de Historia de España. Mucha materia para sólo un año, muchos temas y un discurso nítido del docente. La condición, sine qua nom para aprobar, era saberse "la política matrimonial de los Reyes Católicos", si no te la sabías no aprobabas. Al explicarla, acababa ponderando, sobre todo, al Rey Fernando, al Cardinal Cisneros,definía a ambos como individuos inteligentes, estadistas, prácticos, modernos. En efecto, en esos últimos años del XV, principios del XVI, gobernabamos sobre el mundo conocido, civilizado bajo nuestros parámetros e intentabamos controlar, asegurar el futuro incierto. Diseñaron su política intentando casar a sus hijos de forma que Europa, la vieja y civilizada Europa, fuese una red de enlaces matrimoniales donde prevaleciesen los intereses de España antes que los sentimientos de sus vástagos. El hombre propone y Dios dispone, no salió todo lo bien que parecía sobre el papel, ocurrieron muchas muertes prematuras y a la larga la escasa variedad sanguínea pasó factura. Había otro aspecto muy importante, las Cortes de Castilla, Aragón Valencia, los distintos reinos de las Españas eran un ejemplo de democracia porque la España medieval ya lo era, nadie en Europa, nadie en el mundo era tan demócrata. Luego empezando por Carlos V, según don Manuel Fernández Alvarez, el más grande con diferencia, empezó el declive que se consolidó más tarde. Nos desangramos, con escasa población, los mejores sucumbieron fuera, se mezclaron los interese temporales con los espirituales que parecían temporales, hicieron lo que pudieron, pero hubo una vez que pudimos, nadie nos daba lecciones, algo debe quedar, digo yo.
Claro que al despertarme pensé en mi Grecia de los veranos y Pericles o en la Roma que creí nacer, en Pompeyo Magno, Cicerón, Juio, Augusto, Marco Aurelio, que también dejaron herederos. A Dios hay que ayudarle no todo va a caer de un helicóptero.
Igual explican la historia hoy día!!!
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