Hablar hoy del Real Madrid no es muy atractivo, es cierto que sólo es un equipo de fútbol, que levanta grandes expectativas, que va a arreglar su gran estadio, modernizarlo, que tiene jugadores en diversos estados de forma, edades distintas, al cual los fichajes de esta temporada no le funcionan, un equipo que no juega como otras veces de bien, es irregular, no competitivo. Desconozco si es cuestión de tiempo, si se va a mejorar.
Hay una persona, Jorge Valdano, que escribe mucho mejor que yo, sabe de fútbol mucho más que yo, el cual como jugador en el Madrid me gustaba, aunque no era ni mucho menos la figura, peleaba, luchaba, metía goles, aguantaba bien el balón, inteligente en el juego. Luego como entrenador del Madrid no me gustó demasiado, como Director General me gustó menos. Llegué a la conclusión que aunque escriba bien, hable bien, sea mediático, le critiquen poco, no es fiable, no me inspira confianza, porque rara vez se enfrenta sin protegerse.
El caso es que ha escrito un artículo de esos que le pagan por su brillantez o sabiduría o ambas cosas, razona, bajo su punto de vista sobre el futuro de Rául como primer entrenador del Madrid. No puedo mojarme, habrá que esperar, ver como juegan sus equipos, Castilla o los que vengan, juzgar su evolución. Lo que me parece muy del estilo de ese señor, que me da la sensación de vender humo, es cuando afirma que el Madrid tendrá a su Guardiola, o su Simeone, como si nosotros necesitasemos eso. Son dos entrenadores competitivos, que pueden triunfar en muchos clubs, son trabajadores/profesionales, de alto nivel, pero no sirven, me temo, para el estilo del Madrid. Habla, el señor Valdano, de valores, de los que sintió Rául como Del Bosque, Camacho, Michel, Butragueño, Hierro, y muchos jugadores, Muñoz, Molowny, Di Stéfano, Puskas, que jugaron muchos años, entrenaron con distinta fortuna, eran siempre madridistas, conocían la letra del himno, sobre todo no hablaban tanto como Valdano. Les gustaba entrenar, querían al Madrid, conocían sus limitaciones, los factores que pesan, de verdad.
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