Día 6 de diciembre, fiesta de la constitución en España, la de 1978, ya saben lo que es, como la llaman, ley de leyes o reglas que fijan la convivencia entre los habitantes de un país, nación, sociedad. Inglaterra tiene la Carta Magna del siglo XIII, un verdadero avance en la Edad Media para poner en orden los abusos del poder real, sentar principios de libertad, derechos humanos, progreso, en aquellos tiempos. No hay constitución perfecta, pueden ser modificadas, se siguen procedimientos similares, aunque algunos principios simbolizan el esfuerzo, lucha, logros, del ser humano a través de la Historia, son parte de la herencia común del ser humano en algunos países. Confieso que en el buen colegio de mi bachillerato no se profundizaba sobre estas cuestiones, no he asistido al colegio posteriormente a 1978, tengo una mala impresión, no se explica adecuadamente lo sucedido hasta llegar a ese momento, lo que es más grave, se considera como algo normal, que ahí está, como caída del firmamento por arte de magia. Establecer esas reglas del juego es fruto del compromiso de los españoles, ese punto intermedio, dadas las circunstancias internas, externas, antecedentes, se movían por una idea común: progresar todos juntos como sociedad, nación, a eso se le continuaría llamando España. Sin embargo, ahora, cocido en estos 42 años de progreso, convivencia, aprovechándose de las ventajas de esa ley, amparándose en el propio estado de derecho, se detectan demasiados movimientos para cambiar el compromiso en nombre de no se sabe qué, sin adivinar nada bueno para todos, intentan camelar al personal vendiendo humo con globos de justicia social, libertad, democracia.
domingo, 6 de diciembre de 2020
El compromiso.
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