Creo que tuvo mucho éxito aquello del Hostal Royal Manzanares, 1996, no puedo opinar, nunca lo vi, si se que un hostal es una palabra bonita, casi quijotesca, royal es inglés o francés masculino y Manzanares es ese río de mi pueblo que nunca llevó mucha agua, Goya inmortalizó, nunca ha sido explotado estéticamente, la pradera de San isidro para el museo del Prado, el sur para los menos afortunados. Doña Lina Morgan que tanta gracia hacia, tantos seguidores en La Latina, lo puso de moda, yo como conocí a Laly Soldevilla en los veranos me tiraba más, no firmaba autógrafos, nunca le pedi uno, muy seria en la playa. Ahora en The Crown, la serie de Netflix, han expuesto a los royals de Windsor, Charles preocupado llama a sus peloteros no vaya a ser que el príncipe rarito de siempre se convierta en rey, que se retrasa y se retrasa. Lo que hay de verdad, ficción, drama, melodrama, prensa amarilla, cotilleo, no lo sé, a veces la realidad supera a los cuentos y estos cuentos, cuentos son. A mi me gusta la calma de William que parece llevar con resignación, como su falta de cabello temprana, el peso del futuro, en un país donde se defiende a The Crown no por los individuos, que se supone hacen lo que pueden, sino por el valor institucional. Vamos igual que por aquí, claro qué ¿como se puede comparar el Támesis con el Manzanres que desemboca en el Henares, que nunca llega a la mar?
jueves, 10 de diciembre de 2020
¿Hostal Royal?.
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