martes, 29 de diciembre de 2020

Feliz entrada y salida nueva España.

La nueva España, hay una nueva España y yo sin enterarme, debe ser porque no parece tan nueva sólo tipos diferentes condiciones, similares vulgaridades, mentiras. En medio de las vacunas que van llegando a cuenta gotas, con imprevistos, porque todo tiene sus tiempos, nos llega el presidente del gobierno y nos habla, se le ocurre o le aconsejan que hable al pueblo, hay que resumir, cerrar el año, soltar otra ocurrencia. El año se acaba, eso que llaman annus horribilis part II, por una frase del hacedor de discursos de la reina Elizabeth,  en inglés naturalmente, veterana donde las haya. Debo reconocer que no hemos estudiado lo mismo el presidente y yo, leído lo mismo vivido lo mismo ni tenemos los mismos valores, tampoco nos hemos dedicado a lo mismo, ni los mismos gustos por corbatas, vinos, ni el mismo equipo de fútbol o basket, de hecho no se a qué se dedicaría si no le hubiesen votado internamente en el PSOE y posteriormente una parte del electorado, integrante de la formación del gobierno de progreso; debo reconocer que casi siempre me da la impresión que no dice absolutamente nada, vacío, excepto generalidades de esos consejeros que le aconsejan, menos mal que no nos hemos cruzado, sería deprimente. No es fiable, ni creíble por lo tanto me cuesta prestarle atención, lo peor no es lo poco que me inspira lo peor es que miro alrededor, me imagino a otro en su puesto y ninguno me inspira, ninguno ni ninguna que esto no es cuestión de atributos, ni tampoco cuestión de ese coronavirus al que no debemos agarrarnos para enmascarar los verdaderos problemas que llevamos sin resolver mucho tiempo. Ha llegado la nueva España que no es la del espíritu de Cortés, no se lo que es.

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