No suele ocurrir nada relevante el primero de Agosto, bueno que muchos españoles comienzan sus vacaciones. Salen a distraerse, airearse. No todos, porque alguien debe cumplir sus funciones y demasiados llevan tiempo en paro forzoso. Hace mucho calor, la playa, la montaña y las aglomeraciones esperan. El aire acondicionado no ha cambiado la tendencia en este mes. Hay que salir.
El término Ferragosto viene de la época del emperador Augusto. Una celebración en medio del calor. Y me gustaría ver lo que hubiesen hecho el Senado y pueblo de Roma en circunstancias como la nuestra; las tuvieron y peores, mucho peores.
Los que no pueden o deben salir son los diputados. Tienen que cumplir con sus obligaciones, como todos.
O ¿puede ser un diferente primero de Agosto? ¿Qué va a pasar? Seguramente nada. Será un diálogo de sordos. Se dirán muchas cosas, unos a otros y no avanzaremos.
La financiación de los partidos políticos nunca ha sido un tema transparente. En ninguno. Existe la impresión, en ocasiones más allá de una sensación, que la política ha servido/sirve para justificar financiaciones y enriquecimientos ilícitos. Se convierte en una partida de tenis, sin juez de línea.
Llegamos con dos procedimientos paralelos, como en muchas sociedades modernas, de distinta marcha. El de los medios, el llamado de "informar" a la opinión pública y el del sistema jurídico en que se basa la convivencia. No van al mismo ritmo. En el de los medios tampoco hay juez de silla, depende de las tendencias, amistades, ambiciones, rencillas, jugarretas, intenciones, acuerdos, etc, etc...de la condición humana y en algunos casos de ideales.
Unos dirán que hay más que indicios. Otros que los aporta un posible delincuente. Otros que dejen trabajar al juez, las pruebas, el procedimiento. Otros que respondan a las preguntas que se hace la gente. Otros que dimitan. Otros que hay mayoría. Otros que las hurnas decidieron. Otros que la responsabilidad de gobernar, la situación económica, la coyuntura, etc,etc..
Hay una cosa que echaré de menos, ojalá que me equivoque. La altura de miras, la categoría de los políticos, de alguno al menos. Me resigno a uno.
Me gustaría que apareciese un Mr. Smith goes to Washington. Un ser anónimo, ¿dónde está él/ella, nuestro Jimmy Stewart ?, que hiciese despertar al hemiciclo. Una persona sencilla que fuese al fondo del problema e hiciese moverse a tanto diputado en la única dirección posible; la de ser capaces de aglutinar la fuerza de tantos millones de persona como hay detrás. Que estos ciudadanos viendo la TV , en el chiringuto pudiesen decir ¿de dónde ha salido este Mr/Miss. Smith? Ha salido de cualquier rincón de España, de Calanda, como Don Luis Buñuel, por generación espontánea.
Volveré al mundo de Frank Capra.
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