Si, creo que El Quijote debería ser libro de cabecera en castellano, o español como idioma oficial de las Españas, porque de todos los que he leído no encuentro otro que se le acerque, menos que se pueda equiparar.
¿Mejoraríamos si nos dedicásemos a leerlo en lugar de las muchas horas de televisión consumidas?
¿Mejoraríamos si nos dedicásemos a reflexionar sobre sus frases?
¿Mejoraríamos si fuésemos capaces de captar su sabiduría?
Tiempos pasados aquellos que vieron florecer a ese genio de las letras, capaz de escribir aquello...y sin ordenador, tiempos que podríamos intentar recuperar, aunque fuese un poquito, en lo bueno.
No digo que tengamos el gusto y obsesión de Terry Gilliam por el caballero de la triste figura, quizás para ello hay que ser americano y surrealista y sobre todo tener una gran sensibilidad, no demando su afán persecutorio por realizar la película imposible. Después de todo no ser estudiante en Oxford o Cambridge y ser miembro de Monty Python no está al alcance de cualquier humano.
Aún así con nuestras limitaciones de hispánicos actuales nos vendría bien volver la vista a la pareja de un hombre delgado y poco cuerdo en ocasiones, que se dedica a recorrer España junto a otro gordito y pragmático.
Los médicos podrían recetar su lectura diaria con o sin receta de la Seguridad Social, no llevaría aumento en los presupuestos, no se conocen efectos secundarios, mejora la expresión oral y escrita y si se realiza el poco común esfuerzo de reflexionar incluso se aprende. Y hay ediciones al alcance todos o ejemplares olvidados en cualquier estantería.
¿Mejoraríamos si nos dedicásemos a reflexionar sobre sus frases?
¿Mejoraríamos si fuésemos capaces de captar su sabiduría?
Tiempos pasados aquellos que vieron florecer a ese genio de las letras, capaz de escribir aquello...y sin ordenador, tiempos que podríamos intentar recuperar, aunque fuese un poquito, en lo bueno.
No digo que tengamos el gusto y obsesión de Terry Gilliam por el caballero de la triste figura, quizás para ello hay que ser americano y surrealista y sobre todo tener una gran sensibilidad, no demando su afán persecutorio por realizar la película imposible. Después de todo no ser estudiante en Oxford o Cambridge y ser miembro de Monty Python no está al alcance de cualquier humano.
Aún así con nuestras limitaciones de hispánicos actuales nos vendría bien volver la vista a la pareja de un hombre delgado y poco cuerdo en ocasiones, que se dedica a recorrer España junto a otro gordito y pragmático.
Los médicos podrían recetar su lectura diaria con o sin receta de la Seguridad Social, no llevaría aumento en los presupuestos, no se conocen efectos secundarios, mejora la expresión oral y escrita y si se realiza el poco común esfuerzo de reflexionar incluso se aprende. Y hay ediciones al alcance todos o ejemplares olvidados en cualquier estantería.
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