La hermosa ciudad de Berlín, la histórica capital de Alemania, que no pretende ser capital de Europa aunque ejerza de capital europea, de la Desunión, en la sombra, acoge el mejor partido de fútbol del año; al menos a nivel de expectación y, probablemente, en esta ocasión de espectáculo.
Voy a verlo, porque hay muy buenos jugadores en el campo, de lo mejorcito. No voy a disfrutar y menos si se cumplen los pronósticos y ganan los azulgranas; no los aguanto desde pequeñito, cuando era inocente, y no me curo.
No he evolucionado de esa animadversión, indiferencia y pesadez que me producen, en sus formas y manifestaciones, la mayoría de sus componentes; tienen algo de cuentas pendientes, rancio, enquistado, de complejo absurdo y ridículo, que nunca llegué a comprender; como si les hubiese quitado al amor de su vida y me viesen feliz.
Hoy hay final de Champions en Berlín con un favorito claro entre los expertos, ex jugadores y los propios de la Juventus; se llama FC Barcelona.
Para la inmensa mayoría son favoritos, porque cuentan con un Messi espectacular capaz él solo de resolver un partido, está en un momento magnífico de forma. Si le tapasen, cosa harto complicado; no acertase o Buffon volviese a ser el de otras épocas, en la recámara están Neymar y Suárez. En el centro del campo Iniesta, Rakitic y Busquets, con experiencia y muchos títulos, y detrás Piqué, el espléndido Mascherano, Alves y Alba; arropados por un muy buen portero. Todos en gran forma, confiados, veteranos y seguros. Además este año cuentan con un factor clave: fortuna en momentos decisivos.
¿Qué más pueden pedir?¿Qué puede hacer la Juve? Dignidad, concentración, brega, sin fallos y que haya suerte .
Es de esas finales que se piensa que el FC Barcelona ganaría nueve de diez. Ya me dirán con que ánimo voy a ver el partido.
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