Poder, el poder mueve al mundo. Ninguna novedad.
No creo que sea cierto que China tenga un plan, (cada cinco años revisado) para controlar, gobernar o influir en el mundo. China tiene sus problemas, sus desafíos y sus posibilidades, debe crecer y dar de comer a más millones de personas que nadie y su estado comunista es un totalitarismo adaptado como puede a los teléfonos móviles.
Su plan es encontrar la mejor forma de resolver su problema.
Gusta mucho resaltar las cifras del gigante chino, que paga millones a futbolistas que serían proyectos o inacabados jugadores en el Real Madrid.
Yo ficharía a los del Fuenlabrada, para competir en China, después de ver lo que hicieron ayer en Chamartín, que casi nos eliminan de la Copa. Quedan partidos hasta lo del mundial de clubs y alguno importante, como este fin de semana, o no nos espabilemos o veo a muchos en China, comiendo comida china, pero auténtica.
También se trata de poder en Cataluña, poder enmascarado en sentimientos de independencia, en lamentaciones y en disparates camuflados para ocultar lo obvio.
Ahora se discute sobre como discutir las modificaciones a la Constitución. Se coge el término nación se retuerce y manipula, se confunde con lengua y cultura, se compara a conveniencia con las 28 naciones de la Desunión y las muchas más incorporadas dentro y ¿dónde reside el poder?
En una película mala, la guerra civil americana entre el norte y el sur se justifica con el tema pendiente de la esclavitud, cuando es una Guerra de Secesión. El Sur tiene sus intereses económicos y quiere poder. Pensaban que los USA de entonces eran ya muy grandes y que había para todos, no pensaban que juntos podrían ser lo que luego han llegado a ser.
En el plan de China no se mueve ni el apuntador, pasito a pasito, con paciencia, pretenden reforzar su poder.
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