El Madrid ha ganado el cuarto, definitivo partido de las finales de la Liga en Barcelona.
En esto del baloncesto gana el mejor, no es como una final de fútbol, donde puede haber otras casualidades. Normalmente, pasan muchas cosas, porque hay muchos partidos, hay que vencer en tres encuentros, este, el último, 68-74. No ha sido nada fácil.
Esta temporada ha sido larga, dura, no se puede bajar la guardia porque el rival te atiza. Se perdió la final de Copa de una manera extraña, no se ganó contra los excelentes rusos en esa liga europea y en la final el FC Barcelona ha exigido mucho, por eso tiene más mérito. Mucha fuerza física, arbitrajes de esos que te hacen mover la cabeza, solo pides el mismo trato, esos temas de dureza, qué pitar. Hoy se les veía agotados, nerviosos en ocasiones, dubitativos, casi todos los jugadores, el local muy cansado con esas defensas que forzaban.
El MVP ha sido Campazzo, se ha vaciado en defensa, control, movimientos, ataque. Todos han respondido como equipo, Lull decía que lleva "dos años" de mierda, ahí está. Han entendido el juego del rival, lo cual es muy importante, se han adaptado, se han vaciado, ante un oponente muy exigente, desesperado, orgulloso, en su casa.
Importante el entrenador Laso, como el rival. Pablo Laso hablaba de lo bien que estaban los jugadores,del trabajo realizado, convencido, satisfecho, sabedor de lo importante que es ganar. Es un juego, cierto y es el Madrid, todo junto.
Importante el entrenador Laso, como el rival. Pablo Laso hablaba de lo bien que estaban los jugadores,del trabajo realizado, convencido, satisfecho, sabedor de lo importante que es ganar. Es un juego, cierto y es el Madrid, todo junto.
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