Despiste generalizado.

Soy uno de los muchos que intentamos escribir sin saber, me tomaré un respiro, sólo expresaré opiniones para mi mismo. Como dijo Fulgencio Batista al huir de Cuba, nochevieja 1959, forrado, lleno de valor: "Salud, salud, salud" (El Padrino II parte), Michael ya había besado a Fredo.
Hasta aquí he llegado, algunos amigos se han quedado en el camino, familiares y conocidos, incluso personajes más o menos famosos, personas en una palabra, todos producen dolor, pena, no siempre igual, es el desgarro de la muerte. Desde que en Londres asistía al espectáculo de Hamilton abarrotado el teatro, o viajaba en ese underground un tanto vacío, supongo que como todos me habré topado con algún virus, balas, cercanas o lejanas, luego el encierro; mientras, intentaba hacer mi terapia a base de poner mis opiniones por escrito diariamente. En este punto, sigo despistado  sobre el bicho y los humanos, es decir como siempre. Hay que pensar que todo va por edades, condición, como te pille. Según los sabios de Cambridge a este ser vivo hay que atacarle con 50 días de absoluto aislamiento y 30 de desescalada. Más o menos eso se ha hecho. No quiero profundizar en el cómo, estilo, formas, información, verdades, politiqueo.

La situación la calificaría de despiste general. Espero seamos más fuertes, sabios, reflexivos, que se produzca un salto cualitativo en todos y cada uno de los sobrevivientes, que no se quede en una anécdota

Hemos llegado a la fase 1, yo también, ahora viene otra fase. Ya se puede caminar eternamente, con el movimiento de un péndulo, siempre y cuando vayas a una terraza, visites a un grupo limitado o hagas algo autorizado, mientras los horarios de ejercicio continúan. No se sabe quién veraneará, cómo, dónde, son detalles. Quizá todo esto de los detalles nos desenfoca, y haya llegado el momento de pasarse al silencio. Además si vuelve el fútbol, volveré a mi frivolidad, podré ver a los míos jugar en condiciones que nunca he conocido.