Me he cruzado con una persona, un humano de esos que conoces, pero no conoces, un vecino, un ciudadano, nos saludamos sin toques, con mascarilla. Todo en medio de mi horario, fase 0,5 sin alcohol, dentro de la legalidad vigente. Mi interlocutor, cosecha de 1941, lucía vigoroso, rejuvenecido, estaba al límite del reglamento, como su equipo cuando juega, llevaba una bolsa de compra vacía, sin pan ni periódico. No me dejó meter baza. Comenzamos un protocolario intercambio de preguntas rituales sobre el estado familiar, condiciones y bajas. Una vez cumplido el breve intercambio de noticias que ahí quedan como las partículas del covid-19, pasó a exponer su punto de vista.
-Esto es un desastre. A ver como salimos.¿ Has visto qué ministros, qué ruedas de prensa, cómo hablan? Es todo propaganda. Sólo pasa en España. Si hubiese ocurrido con otro partido en el gobierno la calle esta ya tomada. Son todos unos inútiles. Lo del presidente ya se sabía, peor que Zapatero, que ya es decir. Son unos inconscientes o muy conscientes de lo que hacen. No responden a ninguna pregunta. Parece que no son responsables de ninguna decisión, que no se equivocan, le echan la culpa al primero que pasa o ha pasado. ¿A ti no te mandan por whatsapp toda la porquería que hay con las residencias, sanitarios, médicos, mascarillas ? ...
En eso momento se quitó la mascarilla, se encendió un pitillo con una rapidez digna de Usain Bolt y continuó, me pillo desprevenido. Prosiguió.
- La tele no se puede ver. Las caceroladas son necesarias. ¿Y el CIS? No tienen ni idea, han aumentado los cargos a dedo para aprovecharse sin pudor. Y está ese Iglesias que ahora habla cómo si no hubiese hecho nunca nada, pidiendo calma, comprensión, sentido de estado. Si no dijese que es ateo pensaría que es como el padre Ángel, un sacerdote. No dice cuando se va a ir, su puesto lo dejará a los de 20 o 30 años, tan preparados como él.
Oye, tú eres muy de fútbol, ¿ese Ferreras no será del Madrid?
Me quedé con la boca abierta, se había fumado su cigarrillo y corría camino de Galapagar.
En eso momento se quitó la mascarilla, se encendió un pitillo con una rapidez digna de Usain Bolt y continuó, me pillo desprevenido. Prosiguió.
- La tele no se puede ver. Las caceroladas son necesarias. ¿Y el CIS? No tienen ni idea, han aumentado los cargos a dedo para aprovecharse sin pudor. Y está ese Iglesias que ahora habla cómo si no hubiese hecho nunca nada, pidiendo calma, comprensión, sentido de estado. Si no dijese que es ateo pensaría que es como el padre Ángel, un sacerdote. No dice cuando se va a ir, su puesto lo dejará a los de 20 o 30 años, tan preparados como él.
Oye, tú eres muy de fútbol, ¿ese Ferreras no será del Madrid?
Me quedé con la boca abierta, se había fumado su cigarrillo y corría camino de Galapagar.
Qué divertido. Esta conversación probablemente se repitió ayer en España miles de veces. ¿No crees?
ResponderEliminar