Hay profesiones y profesiones, de distinta naturaleza, con condicionamientos dispares, principios distintos, todas en el ámbito de los seres humanos, en todas ellas se utiliza la palabra, pero lo fundamental son los hechos, no engañan, las palabras tampoco engañan lo que las utilizan si. Los hechos hablan mas claro que las palabras o el facta non verba que decían los romanos. Conoci a un marino de guerra, como se decía antes, amante de su profesión, muy dedicado, al cual respetaban los demás a su manera, no era político, podría decirse que hasta pesado siempre pensando que había que estudiar más, trabajar más, dedicarse más a su profesión, profesión de hombres honrados; como todos los de muchas generaciones nunca estuvo en combate, no pegó un tiro, no sabemos como hubiese respondido, él pensaba que vivía en una marina, Armada, de ejercicios, adiestramiento, aunque fuese de hombres honrados. Y es que la profesión que eligió, probablemente, alcanza su punto álgido, su zenith, en el combate, lo que antes de llamaba guerra y la paradoja es que cuando llega ese momento de la verdad, muchos han fracaso al no evitarlo, entonces sólo queda combatir con dignidad. Quizá sea la única profesión con ese dilema, una profesión muy vocacional porque a aquel marino de mi cuento no le pagaron bastante ni alcanzó los honores que soñaba, seguramente se siente suficientemente recompensado en su honradez, su bondad. Los políticos tienen sus combates diarios donde lo que utilizan son las palabras, sin pudor, una cosa exagerada son esos dos minutos de declaraciones del actual presidente del gobierno donde enfatiza la importancia de hacer lo contrario de lo que ha hecho, donde miente más que habla. A él si le han recompensado, además le han votado. Algo no funciona.
martes, 29 de septiembre de 2020
Hechos y palabras.
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