El ser humano contamina, destroza, ensucia, es bastante guarro y se preocupa, algo algunos, por reciclar. No se yo si somos sostenibles. Homer Simpson tiene un problema y además trabaja o duerme en una planta nuclear.
Mi historia con el reciclado se remonta a mi santa madre, una pionera en este campo. Desde el primer momento su instinto reciclaba sin saber porqué, quizá por su amor a las flores, el hambre en el Madrid de la Guerra Civil o su espíritu curioso, moderno y avanzado. Fue en su casa, cuando antes de llegar a mi edad empezó a separar objetos, leía y opinaba, ecologista natural.
Yo ya he vivido en algunos lugares países o continentes, algunos privilegiados, y no entiendo las normas que en ocasiones son dispares. Byron Bay es pequeño, su población aumenta por el turismo, más en su verano. Se quedan sorprendidos que una ciudad como Madrid tenga la recogida de basuras que tiene. Ya no estoy seguro del ser humano que más ensucia.
Había un país que no me es simpático, de cuyo nombre no puedo acordarme, que revisaban lo que ponías en las bolsas transparentes de recogida, te las abrían en caso de error tuyo y te sancionaban. Una tensión horrible.
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