Leo que Serena Williams dice que lo que hizo Dani Alves necesita mucho valor. Lo curioso es que porque un tipo maleducado, no se si racista o no, tiré un plátano en un corner se monte la que se monta, es desproporcionado. Y por supuesto que hay que eliminar el racismo y todas las taras e injusticias de la sociedad que arrastramos desde que empezamos a movernos por Atapuerca.
Y no creo que sea valor sino una genialidad digna de Charlie Chaplin que seguramente la hubiese incorporado a una película si hubiese sido futbolero, pero ni lo era ni los de Hollywood lo eran. Y lo sorprendente es que nunca creí a Alves capaz de tal genialidad sin el balón de por medio. Cuando está en forma es un extraordinario jugador, pero de eso a ponerse a la altura de Charlie o Groucho en un gag improvisado, perdonen la familiaridad, me sorprendió la verdad.
Y en medio de lo del este de Ucrania, Merkel y Obama hablan de que no haremos mucho porque no nos fiamos. No se a quién pretenden engañar. No hacen nada porque no se ponen de acuerdo, por intereses, o porque no son capaces.
No es que el genio de Mel Brooks haya sacado otra vez al agente 086, Max Smart, terrible operario del contraespionaje, que no es precisamente muy listo aunque tiene a 99, para que le solucione las cosas.
Mientras seguimos tan contentos sin distinguir lo principal de lo accesorio en este mundo que nos llama estúpidos casi a diario.
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