domingo, 11 de enero de 2015

La marcha por la república.

Es un slogan hermoso, digno de otro siglo, del Impero Romano, de la Grecia Clásica, de Perícles y Solón, Montesquieu, de ideas por las cuales mucha gente ha dado su vida a lo largo de la Historia. Quizás habría que preguntarse ¿Por qué?
Varios millones de personas salieron a las hermosas calles, amplias, invernales, de Paris, y muchos otros lo vieron por la televisión, confortables en sus casas, o en los bares. No se vivió de esa forma la revolución de 1789, que exhibía un objetivo muy claro.
La presencia de tanto presidente o representante; la de Netanyahu y Abbas, estos dos pensando en la realidad de lo que viven en casa, los muertos de cada día, y celosos probablemente de la repercusión de lo ocurrido en Francia; asimismo la presencia de todos los políticos, los de la Desunión Europea y otros, que no pueden permitirse el lujo de no salir en la foto de los brazos unidos.
Debería tener una consecuencia práctica tanta tinta escrita junto a la sangre derramada, tantas imágenes y horas de televisión, con repeticiones una y otra vez, en informaciones que no se dignan ni consultar lo que se dice en el propio país de los sucesos, cosa harto sencilla gracias a internet.
No ha sucedido nada que desgraciadamente no pase en otros lugares, desde Oriente Medio, hasta el lejano Oriente y África; los atentados de Madrid y Londres y últimamente Siria, norte de Irak y el terno conflicto en la convivencia entre judíos y palestinos ¿Es un conflicto de religiones? ¿Es un conflicto político?
No me parece que sea un conflicto de los cristianos contra los musulmanes, pero ciertamente hay una facción, grupos, simpatizantes, que profesan la religión musulmana y quieren imponerla a la fuerza, porque entienden que una religión, cosa de un dios, de otra vida, algo espiritual, es el método para conducir los asuntos de cada día y se hace política. Curioso desinteresado argumento de estos individuos, clérigos, imanes u hombres santos para algunos.
¿Qué tiene qué ver la república?
Como dijo alguien de Charlie Hebdo es extraño y emocionante, y me parece que esta persona cualificada tiene razón.

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