"Mi inglés no es bueno, no tengo ni p...idea"

¡ Bravo! Cuando me lo han contado me ha dejado tocado, no hundido.
Al parecer es la frase de un personaje televisivo, conocido como "la princesa del pueblo", muy popular. Vive de ser imán de audiencias, gana su sustento en épocas duras, forma parte del circo del sin sentido. 
Sin embargo, su frase merece una reflexión, porque quizás el problema es que muchos españoles somos así, pensamos así, discurrimos y nos justificamos con la misma incoherencia. Es como si hablase Charles of England que también es príncipe y me temo que alguna vez rey, aunque este señor mandón, antiguo y puede que peligroso, dicen que si tiene idea de inglés, hasta acento posh, con perdón.

Los llamados políticos desde luego, no sólo en su inglés, que resulta penoso, sino en cualquiera de las actividades, pensamientos, ideas, programas por las que se postulan: "Su ....(lo que sea) no es bueno, no tienen ni p...idea", casi se podría colocar como slogan de cualquier partido, proyecto de partido o habladores en una tertulia televisiva.
No nos quedemos en la anécdota. 
Más grave resultaría si los hispanos, en general, en nuestro ADN, somos gente que opinamos, charlamos, discutimos, nos manifestamos, incluso votamos (con todo nuestro derecho a desarrollar estas actividades) y resulta que "Lo que decimos no es correcto, con sentido, coherente, en resumen no tenemos ni p...idea". Y además nos quedamos tan anchos, incluso lo comprendemos, lo aceptamos,no nos rebelamos.
 ¡ Terrible, demoledor, esperpéntico !

¿Somos así/ Soy así?
¿Por qué no defino cual es mi nivel de inglés? ¿Por qué me escudo en la ignorancia? ¿Por qué no estudio? ¿Por qué no acepto las cosas como son y empiezo a cambiar lo que no me gusta? Llegaría a preguntarme si fuese atrevido, osado y fuera del sistema ¿Por qué no hacemos un poco de crítica?¿Por qué no buscamos utópicamente la verdad?
Al final es mucho más hermoso permanecer en el oscuro lado del que no sabe, pero lucha por saber; del que está hundido y lucha por salir: del que no tiene muchas cosas buenas, casi ninguna, pero sólo tiene una idea mejorar, progresar, avanzar, no quedarse lamentando sus limitaciones. 

Un problema de educación, seguramente; de educación de siglos.