lunes, 2 de febrero de 2015

Un camello de Manchester en los noventa.

Al nuevo gobierno de Grecia no le queda más remedio que viajar, en el fondo como a todo gobierno y hacer política. Explicarse y captar en el cara a cara lo que piensan de verdad los demás...si es que no lo saben todavía.
Coge el avión el ministro de economía, se pone a trabajar y se da una vuelta por las capitales europeas, por algunas, con sus prioridades y programa y ha ido a Londres. 
Desconozco la calidad de su inglés, lo normal es que tenga su acento, pero seguro que es capaz de mantener una conversación. La profundidad de su lenguaje, su expresión, vocabulario, etc...lo ignoro. En general hablan mejor que nosotros, la lengua de los negocios y la política, porque no traducen las películas en cine o televisión y en esos medios casi todo es en inglés.
Es cierto que el ministro griego podría intentar participar en el casting de la nueva película de Guy Ritchie, que le gustará el football y será hincha de  Olympiakos, AEK o Panatinaikos u otro, pero eso es sólo anecdótico; lo del camello de Manchester lo dice The Guardian. 
Lo importante es si Grecia puede cumplir con sus obligaciones, pagar su deuda, sus préstamos, el rescate y al mismo tiempo cumplir las promesas de su líder en estos momentos.
¡ Ojalá!
Dejará muy mal a los que han gobernado Grecia últimamente y a los que toman decisiones en la Desunión Europea y a los responsables de Alemania.
Las conversaciones en Londres han sido "constructivas: que en inglés nada dice. Eso si Grecia representa el mayor problema para Londres y para Europa según el chancellor, sobre todo porque lo que  proponen los griegos no les gusta nada a los británicos y menos a los torys. Una cuestión de estilo.
En el fondo es una suerte para Grecia no vivir en el siglo XIX, otra época, otro imperio; aunque en Atenas exista ese hotel de otra época llamado Grand Bretagne.

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