Me pega un rival, el Málaga, que juega bien al fútbol, es competitivo, con jugadores jóvenes e interesantes, bien colocados, que se matarán para lucirse.
Hay que ganar los tres puntos y esperar otra jornada que sea propicia.
El Madrid es víctima de sus errores, de jugar sabiendo los resultados de otros y de no poder evitar pensar en el miércoles; además hay un factor aleatorio que este año no acumula y es fortuna, no sólo en sus lances cara al gol, o evitar tantos, sino la de los rivales, en los cruces o partidos que deciden.
He visto mietras el FC Barcelona-Valencia, oyendo CDs de El Buenavista Social Club y Michael Jackson, que paz, sin voces de comentaristas; el Valencia ha puesto el fútbol y las ocasiones, las buenas maneras, y han perdido 2-0 con un gol en el minuto 1 y otro, de rebote en el 93. El primer tiempo lo han bordado y en el segundo los locales han podido contener el estropicio. este si parecía un partido de Champions, no el del PSG; el rival siempre juega en un sentido u otro.
Los del FCB tan contentos con sus tres puntos, corren, son solidarios y peligrosos, los de arriba mucho, y tienen esa fortuna necesaria, dicen que es la suerte del campeón y quizás lo borden en los partidos decisivos, bueno habrá que aceptarlo.
Me fui a Chamartín con viento frío que según llegaba la noche se convertía en gélido.
Y mi añorada suerte no llegó; Bale y Modric se fueron lesionados, el segundo más preocupante su ausencia; se jugó el famoso 4-4-2 y no hubo mayor peligro que antes; se falló un penalty y Casillas casi ni intervino; hubo errores varios de Marcelo, S. Ramos y Pepe; se estaba con la mente en el miércoles y en la enfermería. James demuestra lo buen jugador que es.
El Málaga me gustó, aunque sin remate peligroso; su gol es culpa de casi todos los defensas, en una cadena de fallos.
Del árbitro no hablo.
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