En Beverly Hills hay una parroquia católica The Good Shepard, en North Bedford Drive, bueno hay más, depende de las distancias a tu casa.
En esa iglesia fue bautizado Gary Cooper dos años antes de morir, ya con 58 de edad, y en las Españas tuvo su repercusión, también pesaba que el presidente de los USA por primera vez podía ser un católico de Brooklyn, aunque por su peso posterior en la evangelización de un país con muchas religiones/sectas/visionarios, estos hechos son simples anécdotas.
A mi me encantaba este señor americano y en la película The Fountainhead me entraron ganas de ser arquitecto y hacerme una casa en Manhattan, con sus ideales y sus convecciones, un personaje lleno de coherencia.
Me faltaba planta, centímetros y clase de cow boy.
Supongo que el actor, el hombre del fachón impresionante, tocado seriamente por el cáncer, sabía lo que hacía.
Todo en Beverly Hills es limpieza, y buenas formas. En la iglesia una señora canta maravillosamente, la luz de California entra a raudales por las vidrieras, hay cantidad de libros para seguir la ceremonia, muchas damas participan en los alrededores del altar, el párroco cuenta alguna broma, hay un brunch al acabar, mucha amabilidad y todo el mundo llega en coche; hay que pensar donde aparcas.
Luego puedes ir a un brunch a "Nate n Al", en Beverly Drive, relativamente cerca; un sitio creado por dos emigrantes de Rusia o mejor la Unión Soviética, que antes pasaron por el duro Michigan y acabaron su sueño en la soleada California.
Desde luego en el final de la Segunda Guerra Mundial acertaron plenamente en el lugar. No hay nada especial, todo es muy americano, y los camareros/as son muy simpáticos y amables.
El sueño americano.
El sueño americano.
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