En England donde siempre han pasado de todo, de todo lo que no sea inglés u objetivos de la corona, imperio o gobierno hay Brexit, el pueblo hasta las narices, el te en todas partes, los pubs llenos y el negocio, que siga. Todo el mundo va a lo suyo, es un comportamiento ordinario de estas islas, lo que ocurre es que el británico, inglés sobre todo, se cree que los demás son gilipollas. Afirmo que es la pura verdad
De fútbol ya se que no se nada.Un domingo de septiembre apacible, que me pilla en el Chelsea-Liverpool. No puedo ver el Sevilla contra el Madrid, que contemplaría horrorizado, así que a Stanford Bridge.
Ganó el campeón de Europa, 1-2. Empezaron con dos goles, bonitos, sin mucho que aportasen los defensas en sus movimientos, de esos que a Mourinho harían saltar. Alexander-Arnold es un buen jugador, de los que más me gustan, Firmino no está mal, el fenómeno Virgil Van Dijn, pues así así. Mané el mejor sin jugar mucho, Salah anulado y los demás corren, son disciplinados, pero no me imagino a casi ninguno en Chamartín. Además pedirían unas cantidades exageradas, eso es la Premier, business.
El Chelsea me daba pena, no eran peores, pero fallaban en la portería Red, Abraham, y no acertaban en la propia, me recordaban a los míos, se les lesiona gente, le anulan un gol por poco en el VAR y no aciertan cuando es sencillo. Al descanso mantengo que Liverpool es mejor, pero que esto de la Premier tiene mucho de bluff.
Chelsea se recompone por M. Alonso, buenos centrales, Williams y Kanté sobre todos, Jorginho bien, y sin que Kepa sea decisivo. Kovacic perdido como ya sabemos, con el equipo yendo a más sin mucha fortuna, perdiendo y siendo mejores. Quizá es la suerte del campeón o esto de la Premier. Me gustó Chelsea.
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