El Cardenal Cisneros o Darth Vader.

Seguramente 50 años son muchos años, fundamentalmente porque muchas cosas cambian. 

Me han mandado un video del recibimiento de los alumnos en la Escuela Naval Militar de Marín, los versos son de Caldereon de la Barca, centenarios, el paisaje es el mismo de siempre, las imágenes modernas, antes no recibían con videos en las redes sociales. Si miramos para atrás 1970, en España, en el mundo pasaban las mismas cosas de forma distinta. Me imaginaba hace 100 años, 200 años, pensaba en la Historia. 

Leía a un niño de ojos grandes, muy abierto un libro con mapas, todos los personajes y las historias de Stars War, complicado engranaje.  Hay gente que pilló las tres primeras películas en su edad de impresiones inolvidables, luego otros cogieron las tres segundas que en realidad son anteriores, hay nuevos malos y requiere un estudio concienzudo tanto nombre, tanto planeta, tantas inrigas, batallas, héroes y villanos. Esos nombres son los que no cuesta aprender aunque su pronunciación sea complicada. La política matrimonial de los Reyes Católicos y Cisneros, ya no es el gran hito de estudio y reflexión, ni Menéndez Pidal. Albornoz, Castro o Manuel Fernández con su magnífico Carlos V. Vale más reflexionar sobre Darth Vader y sus dudas. Ahora toca aprenderse nombres ficticios, imaginarios que llenan horas en The Lord of the Rings, The Dark Crystal, Game of Thrones o lo que venga. Nos podemos olvidar de nuestros hechos, errores, conquistas, grandeza, declive, humanidad, que son lo que han sustentado la imaginación de esas historias llevadas a libros, cine, televisión, no debemos olvidar la esencia.
Los griegos, con bien ganada fama de desastre europeo, siguen enseñando mitología.