domingo, 12 de mayo de 2024

De festejos.

 

No tengo mucha confianza con la diosa Cibeles. Estamos en S Isidro, el pueblo necesita festejos siempre, la copa para el pueblo. Lo que ocurre es que no soy de celebraciones, menos de celebraciones en masa, debo ser lo que se dice un saborio. Mis celebraciones son de otro tipo. Por ejemplo, recordaba, medio en sueños, el ambiente en Chamartín contra el Bayern, sentía como ha cambiado todo no sólo el estadio, la hierba, el marcador, la gente, público, vestimentas, olores, yo. Estaba seguro que pasábamos no sabía ni cómo ni cuando. Ganar es breve, veo jugadores jóvenes y eso me gusta, no es el final. Si fuese del Madrid, me refiero de su plantilla, tendría que asistir, saltar o no saltar, si me fumase un puro recordaría cuando fumaba. Una vez en SS de los Reyes había un festejo taurino,  benéfico para recaudar fondos para niños enfermos, lo organizaban tripulantes de la compañía IB. Regalaban juguetes, un avión que se precisaba ensamblar y puros. Bajo el sol en medio del esfuerzo de los algunos presuntos toreros, me puse a fumar mi Espléndido de Cohiba magnífico que algún comandante trajo de Cuba con permiso de Fidel. No lo fumé como es debido, me apresuré en mi torpeza con la maqueta, empecé a sudar, me dió una lipotimia mientras construía el avión. Me llevaron a la enfermería de la plaza. Allí vino el doctor que además resultó ser el padre de alguien que conocía. Vi pasar a uno de los toros arrastrado camino del desolladero que no es como en Las Ventas. Un niño a mi lado me preguntó¿ es aquí donde traen a los toros para curarles?. A ver si los toros salen bien este año.

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