Al parecer es una frase de Mr Bart creador del MOMA de New York cuando en diciembre 1966 visitó el museo de Cuenca ubicado en las casas colgantes del XV. Ese lugar se había inaugurado en julio de ese año. Aquel hombre de pocas palabras, gran prestigio, tuvo que repetirlas en voz alta para que quedasen testigos para la posteridad. Se las había dicho al oido en inglés a Zobel. Un logro extraordinario del señor Fernando Zobel, filipino, graduado en
Harvard, filántropo, artista, mecenas y con criterio, inteligencia y
buen gusto. El dinero se puede heredar lo otro es más complicado, ver las
tres cuestiones unidad es una suerte no frecuente. La Fundación March heredó la colección y la responsabilidad de
mantenerla. El museo ha estado en obras cuatro años y en noviembre una
vez renovado volverá en Cuenca. Mientras las obras, su historia,
biblioteca, diarios de Zobel han visitado varios lugares de nuestro
planeta de forma itineraria, ahora su última etapa es Madrid. El buen gusto de Zobel se
materializa en las obras elegidas, dicen que pudo comprar un Mark
Rothko de verdad, grande, pero se lo pensó e invirtió en los artistas
españoles , su existencia, su museo de Cuenca. El arte abstracto no es
fácil para mi, hay cosas que me gustan mucho otras que no se valorar ,
supongo que así es la vida. Este Mr Zobel si me parece una persona digna
de haber conocido. Miguel Barceló nació cuando Zobel se trasladó a
España, Madrid y luego Cuenca. Ambos vanguardia.
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