Los bocazas de los jugadores.

Los jugadores del Madrid, además de futbolistas, son personas ¡Qué obviedad !

Lo que ocurre es que estamos en el 2013. Globalización, negocio y lo anexo ¡Las redes sociales!.
Quiero decir que se habla de todo para consumir. Ahora lo que toca es hablar de Özil y su salida del Madrid. Se va un buen jugador; tres años de estancia, donde ha demostrado cosas muy buenas y ha dejado las expectativas propias de su calidad, por falta de continuidad. Siempre quedará que podía haber dado algo más. ¿Cuántas veecs ha ocurrido esto?

Parece que el dinero ha pesado y la familia da la lata. La ambición por los títulos no ha sido la suficiente.

Esta discusión es un clásico al opinar de jugadores. Siempre hay tres factores: calidad futbolística, rendimiento ...y el ADN del Madrid.

Aquí debería acabar el tema. Estas cosas pasan. 

Lo que no debería pasar es la pertinaz insistencia de jugadores como Sergio Ramos ¡Qué pena !

La insistencia por intervenir, en meterse en charcos. Sería un buen legionario en combate, aunque necesita un buen oficial a su lado. Ya sé que es un capitán y si no juega Casillas es El capitán. Sin embargo un capitán es algo más que años en el club. Los que permanecen tiempo en el Madrid llegan jóvenes, con grandes cualidades futbolísticas, pero las intelectuales son las que son, en todos los casos.
El tiempo es muy importante, la experiencia del vestuario también. Luego hay que tener la capacidad de entender las cosas, saber explicarse con propiedad, medir las consecuencias y decirlo en el momento adecuado.
Sergio Ramos no sabe hablar y dice lo primero que se le ocurre, piensa con el corazón y no sé si todo lo hace así. Aprende sin profundizar.
Lo suyo es jugar al fútbol; entrenar, concentrase en defensa, no distraerse; evitar las tarjetas;  dirigir la línea; enseñar a los principiantes; prepararse al máximo; limitarse a sacar la pelota jugada y dársela al que sabe, si se desmarca. Mostrar su fuerza, carácter y raza, como el partido de semifinales contra el B. Dormund. Hacer lo que sabe ni más ni menos.

De los árbitros no hablo.