El Real Madrid tiene muchos partidarios y unos cuantos enemigos, los declarados y los encubiertos, además hay razones para sospechar que hay cosas que no se hacen bien. Si se dice la verdad el enemigo se aprovecha, pero ¿la verdad nos hace libres? A la larga no se pueden ocultar errores y mentiras el FC Barcelona es un ejemplo.
Se trata de crear un grupo de jugadores competitivos, de hacer un equipo, si ya esta hecho hay que mantenerlo y mejorarlo. Hay que cubrir las vacantes que se produzcan por cualquier razón y prever los relevos.
El Madrid es el actual campeón de Europa y parece que hay dinero, pero se queda Casillas (un portero que parece acabado para este equipo hace tiempo), Arbeloa que es claramente reserva, se va Di María ( uno se sus jugadores más determinantes y diferente) por no ser considerado como otros compañeros, no se va Khedira que no renueva, se venden (con derecho a recompra) jugadores jóvenes que no tenían sitio y se fichan tres grandes jugadores Kroos, J.Rodriguez y Navas que necesitan tiempo y que costará adaptar.
Ahora, según los de Canal plus, grandes amigos del Madrid, hasta X. Alonso se va porque quiere jugar con Pep, y lo anuncian como el que va al cielo, al paraíso de aquel señor un tanto ayatola del fútbol y la política, un pueblerino triunfador.
Además los entrenadores de sus rivales son simpáticos a los medios, motivan el ardor de sus plantillas, odian al Madrid y van optimizando lo que tienen que en el caso del FC Barcelona se trata de muy buenos jugadores. Hay que afrontar esa realidad. Los jugadores supongo que lo saben y no parece que jueguen con el espíritu y las ganas que sus rivales, los dos principales y los demás. Ganar al Madrid siempre da algo.
Ante todo esto sólo queda dejarse la piel en el campo, apoyarse y jugar como un equipo, la calidad hará el resto pero ¿pueden funcionar como equipo los que quedan? ¿Quienes son los revulsivos, los diferentes, los que desequilibran?
Los jugadores precisan estar en forma y concentrados como sus rivales. Difícil tarea tiene signore Ancelotti y ¿Cuánto poder de decisión?
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