Si dejamos a un lado la hora del partido es un enfrentamiento atractivo. La supercopa es un trofeo que no tiene nada de super, extraño, añadido, pesetero, que no significa casi nada y que se juega muy al principio. No obstante hay que ganarlo y esa es la obligación y el deseo de ambos.
Lo del año pasado sirve para los libros de historietas y las páginas de los diarios deportivos, que hablan y hablan. Esta en una nueva oportunidad con los mismos escudos.
Al Atlético de Madrid no le he visto todavía jugar. Algunos de sus decisivos jugadores, hasta casi el final de la temporada pasada, han salido. Los nuevos tienen, o tenían buena, pinta en sus equipos de procedencia, y creo que han fichado con criterio. Si dan el rendimiento de sus predecesores el conjunto mejorará y será competitivo.
A todo esto se añade el discurso de su entrenador, de interior vengativo, canchero, reivindicativo y rencoroso por esa Champions perdida al final.
Van a jugar a defender, ordenados, agresivos, leñeros como en Lisboa. jugador que pase será sin balón o sólo pasará el balón, que se vigilen los tobillos los del Madrid y que sean rápidos. Minimizarán los fallos que otros cometen y a ver si optimizan el acierto del portero y delanteros.
Para mi, el Madrid que sacaría sería el mismo de Cardiff con Navas y seguramente con Di María, si está disponible, por James. El colombiano es fantástico pero tiene que ir adaptándose.
Desde luego, las ganas de los jugadores, el fondo físico y la siempre graciosa fortuna inclinarán la balanza de un trofeo que se juega a doble partido, como los prestigiosos Carrranza de los cincuenta y sesenta, con el derecho adquirido por haber ganado algo el año pasado. Veremos a Kroos, que tal le sienta el blanco en Chamartín.
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